octubre 2021

Hace aproximadamente un año terminábamos el proyecto Memoria y saberes con voz de juventud, en medio de los momentos más crudos de la pandemia que llenaban de incertidumbre nuestras vidas, tanto emocional como económicamente, y sobrellevando días y meses de desespero que nos llevó a centrar nuestra mirada en lo más básico para continuar viviendo: la comida.


Por ese tiempo trabajamos periodismo literario, algo que también constituyó una forma de alimento, a veces de escape, de soñar con otras realidades posibles, para sobrellevar esos días de escases. Porque siempre hay quienes nos aferramos al arte para sobrevivir, resistir y construir.

 

Hoy seguimos soñando realidades. Los estragos de la pandemia continúan. Y a ésta se sumó el estallido social de un pueblo que reclama mejores condiciones de vida y justicia frente a un Gobierno que viola sistemáticamente Derechos Humanos de una población que reclama vivir con dignidad.

 

Influenciado por estos acontecimientos se desarrolló nuestro último proyecto El arte tiene voz, también dedicado a la escritura periodística, en esta oportunidad a la redacción de noticias y enfocado a trabajar con artistas y personas asociadas al mundo del arte y la cultura de Palmira.  

 

Tanto este proyecto como el anterior, fueron seleccionados y cofinanciados por el Programa Municipal de Concertación de la Secretaría de Cultura de Palmira, y apoyados por la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP) y la Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO).

 

De este ejercicio formativo nos quedan diez noticias que dejamos ahora para su lectura. Aunque el número de trabajos finales es importante, sobre todo para cumplir las metas del proyecto y no ser demandado, finalmente esto puede llegar a constituirse en algo irrelevante. Una sola noticia escrita hubiese bastado para llenarme de alegría y optimismo. Con el tiempo aprendí que en una o dos líneas puede habitar el alma, la esperanza, la dignidad y el corazón que centenares de bibliotecas jamás podrán contener.

 

Creo en los procesos y creo en el legado de este tipo de experiencias colectivas. Nunca, pero nunca, nada de lo que se haga es en vano. Nuevas generaciones se abren paso en la escritura y el periodismo escrito. Y llegan en momentos donde la vida, la justicia, la dignidad y transformación que requiere el país está en juego. Gracias a estas nuevas generaciones y a todas las que hicieron posible que hubiese un camino, con todas las trochas de infinitas aventuras para recorrer y aprender.

 

Alexander Escobar

Coordinador del proyecto


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Te presentamos nuestras 10 noticias:


1. 'Todos somos putas' para rato

2. Exposición fotográfica en Semana del Migrante

3. El Paro Nacional tuvo su obra de teatro

4. En Palmira se realizó el proyecto 'El arte tiene voz'

5. Tienda Nueva tiene actor para rato

6. La RAPSO tiene presencia en Palmira

7. Palmira tiene festival de Teatro Popular

8. Verdad que sí podemos

9. Teatro migrante venezolano

10. Cultura la Parque llega a su décima versión


*Las ideas y opiniones aquí expresadas solo comprometen y son responsabilidad de sus autores y autoras.



En 2004 nació la obra Todos somos putas, una creación de la agrupación El Teatro Vive, escrita y dirigida por Luis Eduardo Jiménez, director del grupo. Desde entonces varios lugares del país han vibrado con cada línea, cada luz, cada actuación y el montaje audiovisual de la obra.

 

“El texto es escrito en 2004, después de observar cómo el panorama mundial contemporáneo impone discursos, formas de pensar, guerras e invasiones con el pretexto de liquidar a quienes las potencias han llamado ‘terroristas’. Para el caso colombiano, después del estallido social que vivimos, diríamos que es a quienes el Gobierno denomina ‘vándalos’. La obra se reinventa con los días”, afirma su director Luis Eduardo Jiménez.

 

La obra es escrita un año después de que Estados Unidos invadiera Irak y durante la seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe Vélez. En ese contexto de invasiones, violación a los Derechos Humanos y traiciones políticas, palabras como ‘puta’ y ‘penetración’ adquieren significados, o son usadas, para describir la situación de la sociedad.

 

“Esta puesta en escena comienza cuando una prostituta ronda por las calles buscando el dinero de sus clientes. Hoy el cliente es el mismo público que, más que espectador, entra a hacer parte de la gran relación de dominación o sometimiento. Él público, además, es desnudado a través de las escandalosas imágenes del videoarte para encontrarse cuerpo a cuerpo en la vida política del mundo actual”, indica el director.

 

Como lo dice su director, uno de los elementos estéticos que introduce la obra, es el trabajo audiovisual. Desde 2004, diferentes presidentes estadounidenses han pasado por el videoarte.

 

“En 2004 comenzamos realizando el video, cada segundo, montándolo de VHS a VHS, obviamente se apreciaba la línea típica que queda después ese machetazo en la edición, sin embargo, al final parecía que hacía parte de la estética. Con el tiempo logramos acceder a la tecnología digital. Por el video han pasado Bush, Obama y Trump. Ahora tendrá su turno Biden y, como elemento adicional, la paz traicionada por el Gobierno colombiano”, nos cuenta Alexander Escobar, realizador del videoarte.

 

Todos somos putas es un trabajo que a pesar de los años continúa moviendo las fibras del público. Muchos años más le esperan porque a cada año su vigencia, su estética y contenido no dejan de gustar e impresionar.

Por: Ana Rosario Grisales Tamayo

Del 26 de septiembre al 3 de octubre la Pastoral Social de la Diócesis de Palmira realizó la Semana del Migrante. Distintas actividades tuvieron lugar durante el tiempo que ésta se llevó a cabo, por ejemplo, la exposición fotográfica Caminantes: como nacidos entre nosotros.

 

La exposición se concentró en mostrar los pies de la población migrante venezolana que transita por la ciudad de Palmira, como lo es la población infantil.

 

“Nos hallamos frente a historias de niños y niñas que ahora tienen por casa la carretera, donde su vida es la acumulación de cientos de kilómetros, hogares de paso, habitaciones de una noche, la indocumentación y la adversidad”, nos dice el documento de presentación elaborado por la Pastoral para la presentación de la exposición.

 

En las fotografías expuestas pueden verse imágenes de pies de las decenas de personas que a diario caminan de un lugar a otro, donde el objetivo de cada imagen es sensibilizar y combatir la xenofobia y discriminación contra la población venezolana.

 

“Estos pequeños testimonios son solo una parte de aquello que las cifras son incapaces de mostrar, son un llamado a la sensibilidad que nos puede rescatar del odio, la incomprensión, la indiferencia, la desinformación, la discriminación, la xenofobia y, en últimas, salvarnos de la aporofobia, es decir, de que nos moleste la presencia de personas pobres”, afirma el documento.

 

La exposición fotográfica fue realizada por el artista palmirano Frank San Martín, en los espacios humanitarios que tiene la Pastoral Social.


“Ante ustedes, hoy dejamos algunas fotos abiertas a sus ojos y sensibilidades, una exposición fotográfica de esa cotidianidad migrante trabajada en colaboración con el artista Frank San Martín, imágenes que hablan desde la realidad del alma y los sueños que migran: esos pies y esas pisadas protagonistas que llegan hasta nuestros espacios de atención humanitaria, como los son la Carpa Humanitaria ubicada en vía a El Cerrito y el Hogar de Paso Papa Francisco de nuestra Diócesis ubicado en Palmira”, concluye la presentación.

Por: Leidy Juliana Jiménez Grisales

El arte estuvo presente en el Paro Nacional que estalló el 28 de abril. Varios grupos y artistas de todas las corrientes y sectores estuvieron presentes con su talento y obras. Uno de estos grupos fue El Teatro Vive de la ciudad de Palmira.

 

Con la obra La cerdada, esta agrupación teatral puso a la población a reflexionar sobre su situación en medio del estallido social.

 

La cerdada es una obra para confrontarnos a nosotras y nosotros mismos, en la relación que establecemos con el poder, en este caso, representado en el Gobierno y quienes nos gobiernan. La iniquidad y la violación sistemática a los Derechos Humanos por parte de los gobernantes fua algo que motivó esta obra”, indicó Ana Rosario Grisales, integrante de El Teatro Vive.


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La obra se desarrolló en varios de los puntos de “resistencia” que permanecieron durante el estallido social. La cerdada contó con varias presentaciones en las ciudades de Palmira y Cali.

 

“Llevar la obra a los lugares donde el pueblo estaba manifestando su inconformidad por el mal Gobierno, fue un hecho que llenó de mucha energía la obra al momento de desarrollarse. La forma como la gente se identificaba con lo que ocurría en ella, lograba contagiar de mucho ánimo a quienes estaban en los puntos de resistencia arriesgando su vida”, cuenta Ana Rosario.

 

Diversos trabajos artísticos plasmaron estos hechos históricos que marcaron y redefinieron el rumbo del país. Obras como La Cerdada convierten en un pedacito de memoria del Paro Nacional que aún no termina.

Por: Luis Eduardo Jiménez Barco

Durante el mes de agosto y parte de septiembre, en Palmira se desarrolló el proyecto El arte tiene voz, el cual tuvo como objetivo brindarle a artistas del municipio herramientas de periodismo escrito para que visibilizaran sus obras y temas culturales de ciudad.


El proyecto fue uno de las cerca de 50 propuestas seleccionadas por el Programa Municipal de Concertación Cultural de Palmira, haciéndose acreedor de la cofinanciación por parte de la secretaría de Cultura del municipio.

 

“Desde el año pasado inició un proceso en el municipio trabajando periodismo escrito con jóvenes. Y en esta oportunidad, un año después, la propuesta fue enfocada a quienes viven el día a día del arte y la cultura”, manifestó Alexander Escobar, coordinador del proyecto.

 

El proyecto además contó con apoyo de la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP) y la Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO), organizaciones que comparten una visión del mundo del arte y la función de quienes son el fundamento que le da vida: las y los artistas.

 

“La propuesta se encaminó a trabajar con artistas debido a que este sector es uno de los más golpeados por los presupuestos en las políticas públicas, y además olvidado, en su mayoría, por los medios de comunicación que solo les ven en función de entretenimiento y no como personas con necesidades y un pensamiento político a tener en cuenta en la construcción de sociedad”, dijo Alexander.

 

Para el coordinador del proyecto, brindarle herramientas de periodismo escrito a las y los artistas, es una forma de afianzar la voz de este sector, y así contribuir a que sean escuchadas sus historias, sus problemáticas, sus denuncias, sus logros, su forma de ver el mundo y su deseo de transformarlo desde sus propias vivencias, sin intermediarios:

 

“Tenemos el problema de ver el arte solo como una forma ornamental, donde todos hablamos bien de él cuando queremos embellecer nuestras discursos, gobiernos y administraciones públicas, pero que se espanta cuando el arte cuestiona, denuncia, toma partido como opción de vida transformadora que afecta la política. Nos gusta un arte decorativo, del mismo modo que nos gusta artistas sumisos que no cuestionen las condiciones de vida indigna a las que le somete un sistema político, económico y social. Somos una sociedad que busca y utiliza a las y los artistas para entretener, para pasar el rato, pero que les desecha cuando recuerdan que son seres con necesidades y con una visión crítica de la vida y la política, y que luchan por cambiar la sociedad”.

Por: Margarita Grisales Tamayo

Gustavo Adolfo Mendoza Rivas, oriundo del corregimiento Tienda Nueva del municipio de Palmira, se nos convierte poco a poco en un gran actor.

 

Todo comenzó en 2016 cuando trabajó como extra en la serie La esclava Blanca. Esa oportunidad se dio gracias a que hacía falta la persona que desempeñaría este papel, y de casualidad Gustavo estaba con los de la producción y, viendo que cumplía con las condiciones, le dieron esta oportunidad a nuestra estrella.

 

Nacido en la bella comunidad de Tienda Nueva por medio de una partera, comenzó sus estudios en la escuela del sector y terminó su bachillerato en el colegio del corregimiento Tablones.

 

Nuestro personaje es alguien muy interesado por el conocimiento, por eso ha realizado cursos como de tecnólogo agrícola, uno de inglés y otro de periodismo escrito. Es un ser muy influyente en el sector, pues es muy querido por vecinos, y conocido por su personalidad carismática.

 

“En la finca en que trabajo guardaban los caballos con los que filmaban La esclava blanca en el año 2016. Me fui con ellos por curiosear, y en eso terminé siendo extra en el papel de esclavo”, afirmó Gustavo.

SUS EVENTOS MAS DESTACADOS

 

Actualmente en la zona se adelanta el proyecto Boñiga Films, en el cual se realizaron dos cortometrajes, el primero, Felomina, fue presentado a nivel nacional e internacional quedando en segundo en ambas oportunidades. La estrella menciona que esta producción fue muy gustosa por los mexicanos, quienes mandaron sus felicitaciones desde la distancia.

 

De segundo llegó Vericueto, una pequeña producción, pero esta vez apoyada por la Secretaría de Cultura del municipio de Palmira.

 

“Siempre me ha llamado la atención lo audiovisual y espero tener más oportunidades en este mundo”, expresó Gustavo con emoción.

 

Ahora nuestro protagonista está en un hermoso proyecto llamado Caminos de libertad con Radio Voces Montañeras, enfocado en la cultura afrocolombiana y otras etnias.

Por: Sofía Velásquez Vélez

La Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO), agrupa a varios grupos artísticos del departamento del Valle. Uno de los municipios donde tiene presencia es la ciudad de Palmira.

 

Leidy Juliana Jiménez es una joven actriz que participa de esta agremiación artística, y para ella “la RAPSO es un espacio donde como artistas estamos unidos por unos ideales que buscan cambiar la sociedad a través del arte”.

 

“Es importante contar con la RAPSO, ya que ahí además de hablar de la importancia del arte para transformar el país, también nos reunimos como sector artístico para que nuestra voz tenga resonancia en el país”, dice Juliana.

 

La RAPSO nació en 2009, y desde entonces ha realizado foros y participado en varios debates en torno al arte y la cultura en distintos lugares del país. Una de las cosas que siempre han recalcado, en cada una de sus intervenciones, es que las y los artistas no son solo para entretener a la sociedad.

 

“Por lo regular, la sociedad mira los artistas meramente como personas que están para divertir, y no nos toman en cuenta como personas que tenemos una visión del mundo y la política, y que tenemos voz y voto a la hora de decidir qué camino debemos seguir si queremos mejorar el mundo en que vivimos. A veces es como si nos vieran, a los artistas, como si solo fuéramos un adorno de la sociedad. Pero no, desde el arte estamos construyendo país, y por eso nos unimos para defenderlo y rescatarlo de quienes nos tienen viviendo mal”, afirma la joven actriz.

 

Como Juliana, artistas del departamento del Valle que participan de la RAPSO hacen del arte una forma de reflexionar y pensar, mientras avanzan en la construcción de una mejor sociedad y profundizan en su quehacer artístico.

Por: Danny Hernández Piedrahita

Del 18 al 25 se realizó en la ciudad de Palmira el XIII Festival nacional de teatro popular: teatro y realidad social. El festival contó con cerca de cincuenta artistas procedentes de departamentos como Cundinamarca, Antioquia y Valle.

 

El festival es organizado y realizado por la Fundación Escénica y Cultural El Teatro Vive.

 

“Con alegría hemos llegado a la versión número trece de nuestro Festival nacional de teatro popular: teatro y realidad social, que es el festival de todos los palmiranos y palmiranas, y también del Valle del Cauca. Fueron siete días de magia teatral y otras expresiones artísticas como poesía y música”, afirmó Ana Rosario Grisales, coordinadora del festival.

 

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Durante el festival también se realizó el foro Teatro y transformación social, con la participación de José Octavio Castro de la Escuela Superior Tecnológica Artes Débora Arango (Antioquia), el actor Álvaro Rodríguez, la actriz Patricia Ariza, y Luis Eduardo Jiménez de la Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO).

 

“Se dieron importantes discusiones y aportes a la manera como el teatro viene aportando a la construcción de sociedad, a través de la creación artística, la estética, la reflexión y la crítica. Transformar esta sociedad también es algo que para las y los artistas ha sido una constante en su día a día”, indicó Ana Rosario.

 

La realización de este festival constituye un gran aporte al municipio de Palmira, el departamento y la región. Son pocos los festivales que logran sostenerse después de tanto tiempo y es necesario que cada día sea más el apoyo que reciben este tipo de festivales.

Por: Pilar Colorado Hernández

“Realizamos este trabajo a raíz de la invitación que nos hizo el Padre Arturo Arrieta (director de la Pastoral Social). En total realizamos tres funciones en tres municipios del Valle del Cauca: Palmira, Pradera y Florida”, afirmó Luis Eduardo Jiménez, director de El Teatro Vive.

 

El performance es una corta pieza escénica de una duración aproximada de 25 minutos, tiempo suficiente para que el público sienta en carne propia toda la tragedia del conflicto armado colombiano y la necesidad de reconciliarse buscando la paz.

 

“En el performance se mezcla la tierra, el agua, el desplazamiento forzado, el terrorismo de Estado, la indiferencia, y el llamado a construir otro tipo de sociedad respetuosa de la diferencia, que promueva la solidaridad, la reconciliación y que luche alcanzar la paz con justicia social”, explicó Luis Eduardo.

 

En los tres municipios donde este trabajo fue presentado, el balance fue de un éxito rotundo. La experiencia de participar en la Semana por la Paz de la Diócesis de Palmira significó para el elenco de El Teatro Vive un acontecimiento importante en sus vidas.

 

“Nos alegró mucho que nuestra agrupación fuera tenida en cuenta por la Pastoral Social de Palmira, y sobre todo el coincidir en esa necesidad de recuperar la memoria de nuestra sociedad, y trabajar en la búsqueda de la paz y la reconciliación. ¡Verdad que sí podemos!”, concluyó el director de la agrupación.

Por: Leidy Juliana Jiménez Grisales

Durante siete días, la Pastoral Social de la Diócesis de Palmira realizó la Semana del Migrante del 26 de septiembre al 3 de octubre. Una de esas actividades fue el montaje de una obra de teatro que fue producto de los talleres de formación de la Fundación Escénica y Cultural El Teatro Vive.

 

“La idea de montar la obra surgió de conversaciones con el director de la Pastoral, el Padre Arturo (Arrieta). De allí definimos que trabajaríamos durante siete días formando a venezolanos y venezolanas que acudieran al llamado de los talleres de formación”, explica Ana Rosario Grisales, tallerista del proceso formativo.

 

La obra fue estrenada en el Parque Bolívar a plena luz del día para que el público asistente y quienes pasaban de forma desprevenida pudieran verla y conocer un poco lo que le pasa a venezolanos y venezolanas que migran por las carreteras de Colombia.

 

“El contenido de la obra fue el resultado de la creación colectiva que entre taller y taller iba dando forma a la obra. Así fue que las diferentes problemáticas e historias que vive la población migrante fueron saliendo a flote y tomando forma en una obra que además tuvo elementos de performance y contó también con danza”, dice Ana Rosario.

 

El resultado de la obra fue muy importante porque se pudo contemplar cómo las personas eran sensibilizadas por el teatro y el arte.

 

“Es importante sensibilizar a través del arte y la cultura a la sociedad colombiana. Vivimos momentos peligrosos donde la xenofobia y la discriminación llenan de odio a la comunidad. Y de la xenofobia al fascismo hay un solo paso. Es a través del arte que podemos devolver el espíritu de solidaridad y ternura que nos puede salvar de la barbarie”, concluye la tallerista.

Por: Margarita Grisales Tamayo

Este año el festival Cultura al Parque completa diez años llevando alegría y rebeldía a la comunidad de Palmira. Es un festival que nació de la mano de jóvenes que querían dar vida a los espacios públicos de la ciudad, brindando otro tipo de dinámicas para pensarse la ciudad a través del arte y la cultura.

 

“El festival se realiza en el Parque La Factoría de Palmira. Este año lo realizaremos del 28 de octubre al 1 de noviembre. Serán cinco días donde la voz de la juventud, que se expresa a través del arte, demostrará una vez cómo a partir de la cultura se critica, se reflexiona y se propone un país mejor”, indica Frank San Martin, uno de los organizadores del festival.

 

En la décima versión del festival se podrá disfrutar de teatro, circo, música, y otras expresiones artísticas. Durante la duración del festival se dará vida a los espacios públicos con las voces de la juventud que hacen arte, y piensan y exigen un mejor país.

 

“Darle cabida principalmente a quienes desde el arte se están pensando y trabajando por una mejor sociedad, es uno de los objetivos del festival. La idea es también mostrar que hay jóvenes que luchan en beneficio de la sociedad desde las diferentes expresiones artísticas que practican”, explica Frank.

 

El festival es organizado por Kortina negra, un colectivo artístico de trayectoria en el municipio que forja espacios artísticos y promueve el arte en diferentes sitios de Palmira a través de proyectos e iniciativas autogestionadas.


“Como colectivo artístico no ha sido fácil mantener el festival. Siempre el tema económico se atraviesa, y los recursos que se logran obtener son muy pocos. Pero al final, gracias a la solidaridad de las y los artistas, y algunas organizaciones de la ciudad, el festival se logra sacar adelante, porque la voz de la juventud que quiere cambiar la sociedad por medio del arte, es más fuerte que cualquier adversidad”, concluye Frank San Martín.

Por: Lady Holguín Ospina 

Aquí encontraras los trabajos finales, diez notas periodísticas realizadas durante el proyecto Elarte tiene voz, adelantado con artistas del Palmira y personas asociadas al mundo del arte y la cultura, iniciativa apoyada por la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP), la Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO), y cofinanciada por Programa Municipal de Concertación Cultural de la Secretaría de Cultura de Palmira.




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1. 'Todos somos putas' para rato

2. Exposición fotográfica en Semana del Migrante

3. El Paro Nacional tuvo su obra de teatro

4. En Palmira se realizó el proyecto 'El arte tiene voz'

5. Tienda Nueva tiene actor para rato

6. La RAPSO tiene presencia en Palmira

7. Palmira tiene festival de Teatro Popular

8. Verdad que sí podemos

9. Teatro migrante venezolano

10. Cultura la Parque llega a su décima versión


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